Al llegar a Francia una de las cosas que más impacta al estudiante extranjero es la gran diversidad cultural existente en el país. Por razones históricas, Francia es un país que se ha construido y nutrido de numerosas oleadas de una inmigración proveniente tanto de países europeos (del este y del sur de Europa) como de Asia del este, de África del Norte y de África subsahariana. Por otra parte, la variabilidad cultural entre los distintos territorios y regiones del país es también notable.

Al igual que en México la gastronomía, el acento, las expresiones, los dichos e incluso la sociabilidad varían mucho de una región a otra. Por lo que es complejo hablar de “una” cultura francesa a secas.

Ahora bien, si uno tuviera que poner de relieve lo que une al conjunto de las francesas y de los franceses y de los/as extranjero/as radicados en Francia, se podría proponer lo siguiente:

El apego a un sistema económico y social donde el Estado de bienestar juega un papel fundamental, sobre todo en los ámbitos de la salud, de la cultura, de la educación y del transporte.

El apego a la cultura democrática, a la defensa de los derechos humanos y a la igualdad de género.

Un apego muy fuerte a los valores de la República, a la igualdad de derechos, a la laicidad y a la educación pública.

El fuerte interés por la cultura en general y por los museos, los festivales y las ferias de libros, de cinema, de música, de teatro, etc.

El carácter central del espíritu crítico y del rigor científico, los cuales constituyen dos de los principios del sistema educativo pero también dos de los pilares en la construcción de una sociedad democrática, deliberativa y dialógica.

La importancia del respeto al otro y la centralidad de los ritos de interacción social. No se puede tratar de “tu” a una persona que uno no conoce o a una persona mayor. Se la trata de usted y el hecho de no hacerlo puede ser interpretado como una falta de respeto o una falta de educación.

La pasión por los grandes “rendez-vous” deportivos como “Roland Garros”, la final de la Copa de Francia de Football o el “Torneo de Rubgy de las seis naciones” así también como el apego a los grandes Festivales de teatro de Avignon, de cinema de Cannes, de Comics de Angoulême o de música “Les Vieilles Charrues”.

La pasión por los deportes tanto a nivel profesional como amateur con la presencia muy activas de federaciones de tenis, futbol, judo, rugby, ciclismo, etc.

Los intelectuales juegan un papel fundamental en la estructuración del debate de ideas en el espacio público.

Por todas estas razones, no es fácil hablar de “una sola cultura” francesa. Sin embargo esta diversidad y pluralidad socio-cultural mantiene una coherencia cierta gracias a una concepción unitaria de la nación. Una nación percibida en términos más políticos que etno-culturales.

Con el fin de poder entender la manera como se ha construido la Francia de hoy y cuales son los grandes rasgos de la concepción de la nación y del ciudadano, les recomendamos algunas lecturas en la siguiente lección.